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sábado, 21 de febrero de 2015

Leyenda venezolana

Este es un texto que compartió nuestro compañero Juan Pablo Rodas Ortíz, excelente ejecutor musical del grupo Arawiy, en su muro personal en Facebook.
Nos tomamos la libertad de reproducirlo aquí, ya que es una narración bastante pintoresca y agradable.


Los músicos somos seres especiales... Y si no, aquí está la prueba:


Cuentan los Warao del delta del Orinoco, en Venezuela, que el mono tuvo un sueño, y en el sueño creaba un violín seke-seke (en la foto). Personaje creativo y muy activo, apenas se despertó se puso manos a la obra, replicando los pasos que había dado en el sueño, y así nació el instrumento. El tigre, individuo bruto y perezoso donde los hubiera, ajeno a todo esto, tirado en su choza pensó "Hey, mañana me voy a comer al mono". Así que le envió un mensaje a su víctima, avisándole de que se preparara para ser comido.

Al día siguiente, por la tarde, el tigre fue a casa del mono, y le dijo que iba a comerlo. El mono le pidió que antes de matarlo le dejase tocar un poco de música en el nuevo instrumento que había inventado. Así lo hizo. Y toda, toda la selva bailó, tigre incluido.

Tras horas de música y baile, el tigre le rogó que dejara de tocar, porque ya no podía más. "Hermoso instrumento, hermosa música. Y yo que creía que eras un bruto que no sabía nada, hermano mono" le dijo el tigre. "Sé de las cuerdas y los arcos, de los ritmos y de las notas", le dijo el mono. "Ya lo has visto. En fin, ya puedes comerme...".
"Ni soñarlo. ¡Eres un músico!" repuso el tigre.



Edgardo Civallero

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